“No estés mal, algún día la ganaré”, fueron las palabras de Pelé al ver llorar a su padre en la famosa derrota de Brasil ante Uruguay en el Mundial 1950. Con sólo 10 años de edad, vaticinaba las alegrías que les iba a dar no sólo a los brasileños sino también a la torcida de Santos FC.
Edson Arantes do Nascimento, nació el 23 de octubre de 1940 en Tres Corazones, Minas Gerais. Pocos años antes había llegado la electricidad a esa ciudad. Su nombre real que figura en el certificado de nacimiento era Edison en homenaje a Thomas Alva Edison, el inventor de la bombilla eléctrica. Luego, sus padres, le sacaron la “i”, entonces quedó Edson.
Dico, como lo llamaba la familia, se hizo lustrabotas a los siete años, tenía que ayudar a sus padres con el dinero. En su pueblo, más de uno, incluido él, andaban descalzos. Su madre, Dona Celeste, hacía las tareas del hogar y muchas veces lo único que había para comer era pan y banana. Dondinho, su padre, nieto de esclavos africanos jugó en el Atlético Mineiro, Fluminense y Atlético Bauru. Sufría de lesiones crónicas en la rodilla que lo dejaban mucho tiempo afuera de las canchas y si no jugaba, el sueldo no se lo pagaban. También, estuvo en el Vasco Sao Lorenzo. Allí tenía como compañero al arquero Bilé. Edson era fanático de él y, a los dos años, la primera palabra que dijo fue “Pilé”, por este portero. Como la “i” sonaba como una “e” le pusieron de apodo: Pelé.
Con su familia se mudaron a Buru, San Pablo. Con once años ganaba dinero trabajando como un siervo en salones de té. Quiso jugar en el equipo juvenil de Canto do Río, pero la edad mínima para participar era de trece años. Fue su padre quien le dijo que cree su propio equipo al que denominó Siete de Septiembre. Para la compra de materiales, como pelotas y uniformes, Pelé con sus amigos robaban productos de los vagones estacionados del Ferrocarril Noroeste, para venderlos en el cine y en las plazas. Luego, se fue al Atlético Bauru, su equipo de formación. Y, con 15 años, llegó al Santos FC.
Conoció por primera vez el mar al llegar a la ciudad de Santos. Dos años más tarde se tomó por primera vez un avión y disputó el Mundial de Suecia 1958. Salió campeón con 17 años y se convirtió en el jugador más joven en levantar una Copa del Mundo. La revista France-Football lo apodó “O Rey”. Luego ganaría otros dos Mundiales (Chile 1962 y México 1970).
Para mejorar su malo salario en el Peixe, le servía café, cigarrillos y bebidas a sus compañeros mayores en la concentración. En 1959 tuvo que hacer el servicio militar y jugó para el equipo del ejercito. Su primera expulsión se da en la final del Campeonato Militar Sudamericano contra Argentina en la que Brasil se impuso por 2-1. Se cansó que le pegaran patadas y reaccionó mal. Siete años después su representante, Pepe Gordo, lo estafó e iba a quedar en bancarrota, pero el Santos lo ayudó economicamente. Jugó en ese club de 1956 a 1974; luego pasó al Cosmos de Nueva York y se retiró en 1977. Increíblemente no jugó en Europa por decisión propia. Fue el mayor goleador de todos los tiempos de este deporte al convertir 1283 goles. Ganó 53 títulos y fue la figura de ese conjunto que para muchos fue “el mejor equipo de todos los tiempos”.
Pelé tuvo varios amoríos pero el más controversial fue con Xuxa. El tenía 41 años; ella, 16.
Tuvo muchas críticas aunque uno de los peores momentos de su vida fue cuando su hijo Edinho, que fue arquero del Santos, cayó preso por tráfico de drogas. O Rey lo fue a visitar una sola vez en el año y medio que su hijo estuvo preso. Al salir de la cárcel y para la revista Istoe, Edinho manifestó: “Solamente de grande percibí que mi padre nunca fue mío”. Por su forma de ser se ganó más enemigos que amigos. Fue muy crítico con la selección de Brasil, a tal punto, que de ahí salió la famosa frase de Romario: “Pelé, con la boca cerrada, es un poeta”. Descalificó mucho a Ronaldo por su peso. Tuvo varias peleas con Maradona y hasta llegó a decir que tenía que devolver los trofeos porque jugaba drogado.
En la actualidad, el presidente del Santos, Luis Álvaro de Oliveira Ribeiro, le ofreció estar en la lista de los jugadores que disputarán el Mundial de Clubes en Japón. Como O Rey tiene tres Campeonatos del Mundo y dos Intercontinentales, querían que tratara de lograr su tercer Campeonato Intercontinental. A Pelé, con sus 70 años, no le resultó una idea descabellada y redobló la puesta pretendiendo jugar aunque sea unos minutos.
Está muy bien. Le diría que "O Rey" es incorrecto. Es "O Rei" o bien "El Rey", pero no la mezcla.
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